Cómo me Salvé del Machismo y Encontré Liberación en Mi Feminidad #MyFemmeSelf

Cómo me Salvé del Machismo y Encontré Liberación en Mi Feminidad #MyFemmeSelf

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«Tienes que ser un hombre» es una frase que escuché a lo largo de mi vida. Es algo que la mayoría de los hombres — y en particular los hombres gay — tenemos que enfrentar mientras nos abrimos paso en un mundo dominado por el machismo. Pero la masculinidad solo es un detonador. Todo el poder que tiene sobre nosotros, es porque se lo damos. Cuando ya no tiene poder sobre nosotros, podemos abrazar nuestro #FemmeSelf y encontrar la liberación.

Al crecer, yo era un niño gordito y afeminado. Nunca pude escapar a la frase «gordo maricón». La escuchaba constantemente. Mi voz era muy aguda, yo tenia movimientos muy expresivos y mis caderas se meneaban demasiado. Yo no podía cambiarme a mi mismo, en mayor parte, porque no podía imaginar ser de otra forma. Hubiera sido como intentar que mis ojos cambiaran de color café a azul.

Las burlas fueron una constante en mi vida. En casa tenía un padre que aprovechaba todas las oportunidades para recordarme que me estaba convirtiendo en un maricón. Él intentaba hacer que practicara deportes y arreglara el automóvil, hacía cualquier cosa que pudiera para alejarme del camino de la feminidad que estaba siguiendo.

Aprendí muy temprano que la masculinidad es más frágil que una muñeca de porcelana. Proteger la masculinidad requiere vigilancia, y tuve que usar la ropa adecuada, sentarme de forma adecuada y ver los programas de televisión correctos. A los 7 años, yo era muy fan de All My Children. Una noche mientras veía la televisión con la familia, salió un comercial anunciando la exagerada boda romántica de los protagonistas de la telenovela. No pude contener mi emoción y dije que no podía esperar para el gran día de mi boda. Mi padre reaccionó rápidamente e insistió en que nunca más vería ese programa de televisión. «Los niños no miran espectáculos como ese», dijo. Yo estaba devastado, no por la crueldad de mi padre (a lo que estaba acostumbrado), sino porque iba a perderme el final de mi telenovela preferida.

Escuchar la palabra «mariquita» o «maricón» ​​fue algo habitual en la secundaria, y como no iba a cambiar la forma en la que actuaba, mi mejor defensa fue mi ingenio. ¿Quién necesita agarrarse a golpes cuando puedes dar una respuesta ingeniosa?

Medía un metro ochenta cuando ingresé a la escuela secundaria, y todos siempre se querían asegurar de que mi tamaño fuera utilizado para maximizar mi potencial masculino. una vez en el supermercado, un anciano se detuvo para preguntarme si jugaba fútbol, y que si no jugaba fútbol estaba traicionando mi obligación masculina. Con mucho descaro respondí: «No, yo soy estudiante de honor», y me fui como se hubiera ido alguna actriz de telenovela.

Poco después de salí del clóset, un amigo me dijo que era una «reina». Yo quedé en shock y le respondí con mi mano en la cintura, «¡Yo no soy una reina!» después de dar esa respuesta, me di cuenta de que sí, yo era una reina. De hecho, mis amigos y yo nunca usamos los pronombres adecuados, siempre nos referimos a nosotros en mujer.

Cuando eres un hombre femme debes estar atento, especialmente en público. Cuando tenía 21 años mis amigos y yo estábamos caminando hacia Rich’s en San Diego. Ibamos riéndonos y joteando por la banqueta. Un hombre en un auto gritó: «¡Parecen maricones!» Sin pensarlo, giré y le respondí gritando: «¡Parecemos maricones porque somos maricones!».

Saltó de su Toyota Corolla, dejándolo en el medio de la calle. Sacó un palo de golf, lo levantó y corrió hacia mí, gritando. Mis amigos se echaron a correr hacia el club mientras yo seguía ahí muy desafiante, aunque sin tener la menor idea de qué estaba haciendo. Los automovilistas que no podían pasar por el carro a media calle, comenzaron a tocar el claxon y a gritarle. Esto hizo que él se regresara hacia su auto y sólo se me quedó viendo, para después acelerar e irse. Tuve suerte, pero muchos otros no son afortunados.

Un grupo de mujeres trans de India sentadas en el Holi Festival

Para las personas que son mujeres, no conformes con el género o que son mujeres trans, existe un riesgo muy real de acoso y violencia. Pero muchas de ellas aceptan estos riesgos y salen a vivir sus vidas, desde Birmingham a Nairobi a São Paulo. Todos los días desafían a ese gigante llamado «masculinidad», y su misma presencia atenta a todo su poder. Ellas son las que lideran la revolución.

Y eso es lo que hace que la campaña de Hornet #MyFemmeSelf sea tan importante. Es una oportunidad para celebrar todas las formas de expresión de género. Y empodera a nuestra comunidad para desafiar las normas de género, expresarse como quieren y ser quiénes somos a través de historias, redes sociales y muchas otras formas de contenido y comunicación.

Yo seré parte de la conversación con todo mi ser, con mi verdadero yo, con mi feminidd #MyFemmeSelf. ¿Te quieres unir?

Alex Garner es el Estratega de Innovación en Salud de Hornet.

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