Rock Hudson, 35 años después: ¿Ha habido en Hollywood algún progreso para lidiar con el VIH?
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En 1985, la acelerada disminución del ícono de Hollywood Rock Hudson, a causa del VIH, cambió la opinión popular acerca de la pandemia. 30 años después, es difícil decir si Hollywood ha realmente cambiado en cuanto a la enfermedad: Rara vez se habla de ella, es prácticamente imposible nombrar un actor en activo o un director con VIH y las celebridades en la alfombra roja parece que se quitaron sus listones rojos hace muchos años.
Pero aún así, Rock Hudson tuvo un efecto innegable en la conversación nacional sobre el VIH.
En el verano del ’85, el mundo se agitó de manera inesperada con la premiere de un programa de TV que incluso llegó a los titulares. La cadena cristiana CBN debutó «Doris Day’s Best Friends» (Los mejores amigos de Doris Day), un talk-show para toda la familia que trataba de las celebridades y sus mascotas, y el primer invitado al programa fue nada menos que el gran amigo y co-estrella de Doris Day, el galán Rock Hudson.
En ese momento se volvió realmente claro para los espectadores que Hudson estaba en una rápida disminución. A la edad de 59, el fornido actor de 1.93m estaba visiblemente enfermo. Aunque no lo dijera, se estaba muriendo de SIDA, y fue entonces que la América media notó que su héroe de acción, el macho de voz sexy en tono barítono, siempre había sido gay.
Volvamos algunas cuantas décadas. Rock Hudson fue descubierto a principios de los 50’s por el reconocido agente de talentos gay Henry Willson, de quien se sabía que hacía cruising en bares y discos gay y, según Anne Helen Petersen del The Hairpin, «levantaba a los especímenes más atractivos, rudos, tipo-Capitán-América tanto para uso personal como profesional».
A los hombres que Willson descubría, se les asignaban nuevas historias de sus pasados y nuevos nombres que no eran tan diferentes de los que hoy se le dan a los actores del cine gay para adultos: Chad Everett, Rand Saxon, Chance Gentry y Clint Walker, por mencionar algunos. Willson también descubrió a Troy Donaghue, Tab Hunter y Guy Madison, todos ellos estadounidenses, jóvenes, apuestos… y totalmente homosexuales.
Rock Hudson protagonizó algunas de las películas más grandes de la época, incluyendo los 2 dramas más grandes del petróleo de Texas de 1956: la exagerada y maravillosamente escrita «Written on the Wind» (Escrito en el viento) y el costoso y épico «Giant» (Gigante), en donde compartió créditos con Elizabeth Taylor y James Dean. Más adelante en la misma década, se reinventaría a sí mismo para convertirse en el elegante protagonista de comedias románticas. Las mujeres se volvían locas por él.
En 1959, la revista Life declaró a Rock Hudson «el soltero más codiciado de Hollywood»; a pesar de que para aquellos entonces ya circulaban los rumores de su sexualidad. Willson de hecho vendió a Tab Hunter a los tabloides con tal de mantener el secreto de Hudson acallado.
Al breve que Hudson se convirtiera en la primera figura pública en admitir que tuviera VIH, la revista Life publicó una historia en cuya portada se leía «Ahora nadie está a salvo».
En 1985, se rebotaban toda clase de ideas espantosas para «solucionar» la epidemia, desde tatuar a los portadores hasta poner en cuarentena a todos los que tuvieran el virus. La co-protagonista de Hudson en «Giant», Elizabeth Taylor, se volvió partidaria activa de las caridades de SIDA, invirtiendo tanto su tiempo como muchísimo dinero a la investigación para una cura.
Hudson murió unos pocos meses después de aparecer en el programa de Doris Day, poco antes de su cumpleaños #60.
De eso ya hace 35 años.
Muchas celebridades reconocieron sus diagnósticos de VIH después de Hudson. El jugador de basketball Magic Johnson y la estrella del tenis Arthur Ashe se declararon VIH-positivos aunque ninguno de los dos era gay. Años después, la familia del escritor de ciencia Isaac Asimov reveló que él también había muerto por una falla hepática asociada al SIDA, siendo él un hombre heterosexual que recibió el VIH por una transfusión sanguínea infectada.
Desde mediados de los 90s, mucha gente seropositiva ha podido llevar una vida normal y sana. En 2015, Charlie Sheen reveló que él era positivo al virus, al igual que la antigua estrella juvenil Danny Pintauro, pero ambos son anomalías. La mayoría de celebridades con VIH tal vez nunca se sienta impulsada a revelar que lo tienen. Eso es asunto personal, pero también refuerza la idea de que Hollywood puede continuar como antes, fingiendo que el VIH no existe.
¿Pueden creer que han pasado 35 años desde que perdimos a Rock Hudson?